Transitaba
mis últimas materias en la Universidad, tenía muchas dudas respecto a mi futuro
en el corto plazo, ¿Me podría recibir? Si me recibo, ¿Dónde trabajaría? Si
conseguía trabajo, ¿Dónde viviría? En esos años, Bahía Blanca tenía altos
índices de desocupación. A nivel personal, tenía expectativas de formar una
familia. Muchas dudas, sin respuesta.
Fue en ese
contexto, que me enteré que la empresa Shell estaba en la búsqueda de jóvenes
profesionales y estudiantes avanzados de Ingeniería. Me anoté, sin tener muchas
cosas en claro, me anoté a ver qué pasaba.
Fui a la
entrevista, recuerdo que fue en la misma Universidad, cuando ingresé a la sala
me espera el responsable de RRHH, era un profesional un poco mayor que Yo, que
rondaba los 25 años. Espera que fuera una persona de mediana edad, quizás fue
eso que quizás le resté un poco de crédito, no lo sé.
Me recibió
cordialmente, me invitó a sentarme, y después de una pequeña presentación
formal, me realizó una pregunta, ¿Cómo te ves dentro de 5 años?
¡Me
sorprendió su pregunta, no me la había hecho nunca, tenía que resolver tantas
cosas en el corto plazo!!
Mi
respuesta fue sincera, “No tengo idea, es más si me la hiciera no tendría una
respuesta”.
Continuó la
entrevista, era para mí la primera como casi Ingeniero, la realidad es que no
me fue bien, de hecho, no me volvieron a contactarme.
Pero lo que
me gustaría resaltar es que, al despedirnos, el entrevistador (no retuve su
nombre, ya pasaron muchos años) me dijo cuándo me dio la mano, “hacete la
pregunta que vas a hacer dentro de 5 años”.
¡Pensé,
otra vez! Sentía que esa pregunta no tenía sentido para mí y no entendía porque
me la reiteraba. En fin, una pregunta irrelevante.
Fueron
pasando los años, fui transitando mi vida profesional y sobre mis cuarentas,
esa pregunta volvió de la memoria y me animé a hacérmela. Fue ahí que le dí
entidad a esa pregunta, tal es así, que ahora considero que fue la pregunta más
importante que me hicieron.
Suelo
compartir esta experiencia con mis alumnos, la mayoría tienen la misma edad que
tenía en ese momento.
¿Por qué
considero que es relevante esta pregunta?
Porque te
hace repensar tu vida, que temas son relevantes para vos, probablemente la
respuesta no es fácil, en mi caso personal la respuesta fue apareciendo con los
años.
Pero es
relevante hacértela, porque empezás a ser el Director de tu vida. Seguramente
con imprecisiones, con errores.
También es
válido preguntarte y ¿Qué pasa si no me la hago? También me la hice, y la
respuesta que le encontré es que si no tenés claro a donde querés y no querés
ir, la personas que te rodean son las que te influencias para tomar un camino u
otro. Empezás a vivir la vida que otros desean, ese es el riego.
Como
información adicional y extraído del Blog ,comparto lo
siguiente:
¿Cómo puedes encontrar tu propósito de vida? No es sencillo, requiere reflexionar
y plantearse la preguntas adecuadas. Mi amigo y asesor José
Miguel Bolívar me
cuenta que las sesiones de coaching en las que se dedica a
ayudar a sus clientes a definir su propósito de vida pueden durar perfectamente
una o dos horas, pero que el resultado final es siempre increíblemente
motivador para ellos. Según él, el propósito de vida es algo continuo, no
empieza ni se completará nunca, y tiene que ver con lo que haces y con lo que
sientes. Responde a las preguntas ¿qué?, ¿cómo? y ¿para qué o quién?
No soy ningún experto en la materia, pero aquí tienes
una serie de preguntas que suelen
ayudar:
- ¿Qué cosas
me producen una gran satisfacción y alegría?
- ¿Qué me
gusta hacer? ¿Qué me hace perder la noción del tiempo? ¿En qué utilizo mi
tiempo libre?
- ¿Qué me
hace sentirme bien conmigo mismo?
- ¿Cuáles
son mis talentos?
- ¿Cómo
puedo usar mis habilidades para ayudar a los demás?
- ¿Qué haría
si sólo me quedasen seis meses de vida?
- ¿O qué
haría si tuviera todo el tiempo y el dinero del mundo?
- ¿Cuáles
son los valores que siempre defiendo?
- ¿En
qué creo?
Otros autores simplemente recomiendan que cojas una
hoja en blanco y escribas lo primero que te venga a la cabeza. Una pequeña
frase. Vuelve a leerla, añade algo que falte, quita algo que sobre. Repite el
proceso hasta que sientas que te identificas plenamente con esa frase. No te
preocupes si no obtienes el resultado deseado después de 50 intentos. Sé
perseverante.
Por supuesto, huelga decir que debes hacerte estas
preguntas sin pensar en los que los demás quieren o esperan de ti. Se trata de que vivas tu vida, no la que
otros quieran que vivas.